Vivimos una presión diaria de satisfacer a otros y nos comportamos para lograr satisfacerlos en sus expectativas. Las máscaras que usamos a diario para presentarnos y mostrarnos socialmente nos impiden tomar el control de nuestras vidas, tomar las decisiones correctas y asumir que nuestra mejor versión es la que somos realmente. Este episodio es una invitación a reconciliarnos con nuestro propio ser y a aceptar que somos vulnerables e imperfectos, para alcanzar un estado de bienestar mayor y con menos perturbaciones.