No fue hasta hace poco que tomé la decisión de nunca más comer solo. El sentarse a comer acompañado es una buena oportunidad para establecer relaciones y conversaciones interesantes con otros, en momentos distendidos, y en donde no existe la presión por obtener algo a cambio, sino que se trata más bien de disfrutar del momento, desinteresadamente. Pero lo fundamental es desarrollar redes en donde la motivación base sea ayudar a otros. Si eso ocurre, pronto te encontrarás en una red exitosa y colaborativa, de la cual tú también podrás beneficiarte. Comienza ahora a construir esa red de valor, que será fundamental durante toda tu vida.