Camargue, una región natural del sur de Francia, es conocida por sus humedales y flamencos. Sin embargo, la región tiene un animal sagrado menos conocido: los toros de Camargue son criados por aficionados con el único objetivo de convertirlos en campeones de la plaza en los juegos taurinos regionales. En la carrera de camarguaise, los participantes deben arrebatar las escarapelas atadas a los cuernos del toro, una actividad inofensiva para los toros, que viven en semilibertad.