Beaune, la capital del vino de la región francesa de Borgoña, esconde un tesoro debajo de su superficie. Las cavas de la ciudad contienen dos millones de botellas de vino en un total de cinco kilómetros de bóvedas, todas unidas entre sí. Una de las bodegas más antiguas de Beaune ha sido ocupada durante cuatro generaciones por la Maison Drouhin, que contiene rastros del pasado de la ciudad. Por su parte, las bodegas de Maison Champy fueron frecuentadas por Louis Pasteur y Gustave Eiffel.