No me importa mucho si la historia que escuché sobre los esquimales hace un tiempo, de que pueden distinguir cerca de una treintena de tonos de blanco, es verdad o sólo un mito. De hecho, entiendo que si es un mito. Lo interesante de usar ese ejemplo es que sirve para mostrar la importancia de esa capacidad de distinguir, especialmente cuando hablamos del lenguaje. Como somos seres lingüísticos, esas distinciones son las que puedan hacer de nosotros buenos líderes, empáticos y cercanos. Ser capaces de escuchar activamente a los demás y usar correctamente el lenguaje, para lograr mejores interpretaciones de lo que se dice, es hoy una herramienta fundamental en la vida, que además, nos servirá para ser exitosos en los negocios.